Los bailes
El baile forma parte de la vida del hombre desde tiempos inmemoriales, Se
estima que el baile fue una de las primeras manifestaciones artísticas de la
historia de la humanidad, permitiéndole expresar sentimientos y emociones atreves
de movimientos al ritmo de la música. En las pinturas rupestres encontramos
vestigios de antiguos bailes, sin embargo estos estaba más que nada relacionados
y teñidos por un carácter religioso en función de lograr algún objetivo
preciso, ya sea para conseguir que la siembra logre su anhelada cosecha. O por
ejemplo para alcanzar diferentes estados de conciencia que les permitieran
entrar en contacto con sus deidades.
La historia del baile no parece una novedad, y hoy en día el baile
en nuestra cultura occidental esta
relacionado con un carácter social. Sin embargo resulta curioso encontrar
ciertos vestigios sobre bailes en las páginas de la historia que hasta el día
de hoy resulten ser todo un misterio.
El Temido Baile de San Vito
Una de las historias más curiosas y por desgracia fatales sobre bailes, comenzó
en el año 1518 en la ciudad de Estrasburgo,
Francia, según los amplios registros históricos por aquel entonces, los
ciudadanos se encontraban azotados por una extrema hambruna y tormentas de
granizo que arrasaban sus cultivos. Para su desgracia, de pronto, como mensajera
de los temores más profundos de la mente, una mujer llamada Frau Troffea que caminaba
por las calles de Estrasburgo, comenzó a bailar de manera inexplicable. Se dice
que el baile duró entre cuatro y seis días. Algunos registros hablan de que
solo paraba para comer. Pero ni bien terminaba comenzaba nuevamente. Para entonces
de manera inconsciente otras 34 personas se habían sumado a este extraño baile y
en un mes ya eran 400 las que bailaban y brincaban frenéticamente. Los nobles
por aquel entonces, intentando frenar esta peste inexplicable, pidieron consejo
a los médicos de la región y autoridades eclesiásticas, los cuales descartaron
la posibilidad de causas astrológicas o demoniacas, así que decidieron traer músicos,
montar un escenario y abrir pistas de baile pensado que de esta manera agotados
los frenéticos bailarines terminarían por frenarse de una vez por todas. Pero esto
evidentemente no fue así. Para finales de ese verano, muchas personas habían
muerto de innumerables ataques al corazón, derrames cerebrales y agotamiento
debido a bailar sin parar día tras día.
Históricamente es recordado este inusual hecho como el Baile de San Vito o la epidemia de 1518, durante mucho tiempo este singular suceso ha mantenido perplejos a médicos y científicos que intentaron encontrar una respuesta para este baile espontáneo y sin sentido. Una de las últimas investigaciones llega a nosotros gracias al historiador John Waller (quien púbico un libro al respecto) señala al estudiar los registros históricos y de la rara enfermedad que las hambrunas, como resultado de los veranos abrasadores, las heladas y tormentas de granizo que destruyeron los cultivos. Llevó a la desnutrición de muchos que se vieron en una de las más espantosas miserias. Sumándose a esto la gran histeria que se apodero de gran parte de la Europa medieval que temía a la gran cantidad de plagas y nuevas enfermedades que asolaban algunas regiones. Señala John Waller que las cuestiones culturales influyeron también en este comportamiento un comportamiento colectivo. Dejando paso un perfecto caldo de cultivo para que sucediera lo que ocurrió. Al parecer nos señala que era un estado de trance involuntario y una afección en el sistema nervioso (Chorea sancti viti), alimentado por el estrés psicológico, que podemos ver que afectó solamente a los grupos sujetos a graves dificultades sociales y económicas.
Históricamente es recordado este inusual hecho como el Baile de San Vito o la epidemia de 1518, durante mucho tiempo este singular suceso ha mantenido perplejos a médicos y científicos que intentaron encontrar una respuesta para este baile espontáneo y sin sentido. Una de las últimas investigaciones llega a nosotros gracias al historiador John Waller (quien púbico un libro al respecto) señala al estudiar los registros históricos y de la rara enfermedad que las hambrunas, como resultado de los veranos abrasadores, las heladas y tormentas de granizo que destruyeron los cultivos. Llevó a la desnutrición de muchos que se vieron en una de las más espantosas miserias. Sumándose a esto la gran histeria que se apodero de gran parte de la Europa medieval que temía a la gran cantidad de plagas y nuevas enfermedades que asolaban algunas regiones. Señala John Waller que las cuestiones culturales influyeron también en este comportamiento un comportamiento colectivo. Dejando paso un perfecto caldo de cultivo para que sucediera lo que ocurrió. Al parecer nos señala que era un estado de trance involuntario y una afección en el sistema nervioso (Chorea sancti viti), alimentado por el estrés psicológico, que podemos ver que afectó solamente a los grupos sujetos a graves dificultades sociales y económicas.
Jonathan Janshon
Hasta la Proxima Aventura ...
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